jueves, 9 de julio de 2009

¿A QUE NOS REFERIMOS CUANDO HABLAMOS DE GESTIÓN DEL TALENTO?

Hoy en día, la gestión del talento es un tema de vanguardia, y se ha convertido en estrategia clave para la mayoría de empresas, a la cual nos hemos de enfrentar. Pero realmente, a que nos referimos cuando hablamos de gestión del talento?
Vivimos en una sociedad en constante cambio y para poder sobrevivir debemos adaptarnos a dicho cambio, la sociedad se vuelve cada vez más exigente, y debemos responder generando una mayor satisfacción en los clientes, esto se consigue con la búsqueda de la excelencia y calidad continua creando, así, una imagen positiva de nuestra empresa.
El factor humano es el factor clave para poder conseguirlo. No se trata de conseguir los trabajadores con mayores credenciales, sino extraer su máximo potencial. El perfil del talento incluye la habilidad, capacidad y su historial de desempeño del trabajo. Para ello debemos empezar por seleccionar el candidato óptimo, recibirlo en la empresa con un adecuado plan de acogida, para conseguir su compromiso, fidelizarlo y arrancar un contrato psicológico, dándole la información, formación y aprendizaje necesario. Hemos de asegurarnos que comprenda los objetivos generales de la empresa en los que él tiene unos fines específicos y propios, haciéndole sentir que forma parte de estos objetivos y afincando su compromiso hacia ellos y la organización. Solo lo conseguiremos si mantenemos una comunicación permanente, nos interesamos por conocer sus inquietudes, opiniones y resultados. Un buen líder, es consciente de las necesidades de quienes trabajan con ellos y está dispuesto a contribuir a un día a día de mayor calidad y bienestar de los empleados, lo que a su vez, fortalece un buen clima laboral, motivación, y compromiso con la compañía, que termina reflejándose en la productividad y los resultados de la empresa, generando mayor satisfacción del cliente y una imagen empresarial más positiva, lo que conlleva a un ciclo que hace que el directivo se sienta bien y con mejor disposición.
Además de medir el desempeño basándonos en los números, debemos hacer una evaluación cualitativa, la cual es más positiva a largo plazo, que la cuantitativa. Al fin y al cabo lo que todo empresario busca, es que su empresa perdure en el tiempo y se afiance con un alto nivel de competitividad.
Hemos de ser conscientes que el coste que supone perder un empleado puede oscilar de 1 a 5 veces el importe de su compensación, éste valorándolo cuantitativamente, pero, y valorando el tiempo que se necesita para que el nuevo empleado desarrolle sus funciones igual que su antecesor? Al que sumaremos también las pérdidas en el desarrollo del negocio y la afectación hacia la satisfacción del cliente.
Así pues es esencial que el directivo sepa cultivar a un buen empleado, posicionarle allí donde pueda fluir todo su potencial, mantenerle con motivación, buena comunicación y todo esto basándose en un buen liderazgo.

Laura Sánchez
Club de Directives. Funde